domingo, 28 de diciembre de 2008

Hagamos un poco de historia...

Santiago de Cali, capital del departamento del Valle del Cauca, segunda ciudad de la República de Colombia, ha sido testigo de 470 años de historia. Cálida y alegre ciudad, ofrece al visitante -además de la ya proverbial amistad de sus gentes- no pocos lugares de interés, monumentos históricos y arquitectónicos, plazas, parques y museos, iglesias, calles que nos hacen retroceder con nostalgia en el tiempo....

Y cuando llega la tarde, con su fresca brisa, Cali abre las puertas a la alegría contagiosa de sus centros nocturnos, donde la salsa se baila con la mayor de las destrezas. Pero hay más...... porque por Cali, pasan de manera permanente los mejores intérpretes de la música popular, el teatro y en fin todas las expresiones de la cultura y las bellas artes y en sus fines de semana en los centros recreativos la bella figura de las caleñas adorna la amplitud de su paisaje.

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El 25 de Julio de 1536, conmemoración del Apóstol Santiago, al son de fantasías, tambores y enarbolando el pendón de Castilla, en tierras del aguerrido Cacique Petecuy y a orillas de un hermoso río que rumoroso desciende de la Cordillera Occidental, don Sebastián Moyano, quien se apellidaba de Belalcázar, nombre del pequeño pueblo de Extremadura, antes llamado Gahete, donde había nacido hacia 1480, fundó a Santiago de Cali, Villa y río llevan el mismo nombre, etimología que continúa en el misterio.

Belalcázar, a quien los historiadores describen como "labriego, soldado, aventurero, capitán aguerrido, encomendero, adelantado, mariscal, gobernador, alguacil y fundador de pueblos" había participado a ordenes de don Francisco Pizarro en la conquista del Imperio Inca y fundador de las ciudades de Guayaquil y San Francisco de Quito.

Según la tradición, después de la ceremonia de fundación, en el sitio que hoy ocupa el Beateario y Templo de la Merced, el cura doctrinero don Juan de Ocaña celebró la primera misa y se constituyeron Cabildo, Justicia y Regimiento, quedando como primer alcalde don Pedro de Ayala y regidor don Anton Redondo. Al partir hacia Quito, Belalcázar dejó como su lugarteniente a Miguel Muñoz.

A principios del siglo XX, la "muy noble y muy leal", como reza su escudo, Santiago de Cali era una tranquila población de menos de 20.000 habitantes, capital del Municipio del mismo nombre del Departamento del Cauca y dos parroquias, San Pedro y San Nicolas de la Arquidiócesis de Popayan. Sus dos zonas urbanas eran: empedrado o altozano que comprendía los barrios de La Merced y San Antonio, o parte alta de la ciudad, con la mayoría de las calles empedradas y acequias al medio para recoger las aguas lluvias y conducir las que del uso de las casas se arrojan con el contenido de bateas, lavaplatos y bacinillas. El otro sector, el barrio o parroquia de San Nicolás, Bayano o parte baja, tenía la mayor parte de sus calles aprisionadas en tierra.

Cali, como centro de comercio, cruce de caminos y posada de viajeros estaba rodeada de mangas, potreros y ejidos o terrenos comunales que la Corona Española había destinado a pastaje de semovientes y cultivo de pobres. Allí pacían los ganados que la proveían con carne y leche, también era la morada de las bestias utilizadas para transporte local y viaje a las haciendas. Igualmente roznaban bueyes, caballos y mulas de las recuas que acarreaban maderas, mercancías y víveres. La principal actividad económica era la ganadería y el suministro de azúcar, carne , panela, quesos y víveres a las poblaciones del Chocó y Minas de Oro de la costa del Mar de Balboa u Océano Pacífico. Ya se iniciaba una pequeña industrialización. El casco urbano, no era densamente poblado, se extendía desde el pie de la colina de San Antonio a la calle 24 y de la márgen derecha del río al camellón que conducía al corregimiento de Navarro. Los cerros de Las Tres Cruces , Los Cristales y sus estribaciones, abastecedoras de leña por siglos, eran solo mortiñales, y la parte plana o valle se vestía de pastos, guayabos, palmeras y ciénagas. Abundaban bandadas de cloclíes, garzas, iguazas, gallitos de ciénaga, gallinazos, garrapateros, palomas y otras variedades de aves.

u historia de crecimiento y pujanza requiere del concurso de todos para lograr continuar con su tradición de paz progreso y trabajo, únicos recursos que permiten que la vida sea grata y así lograr el desarrollo de todos los anhelos con un sistema de gobierno democrático que permita superar nuestra pobreza y subdesarrollo.

Fuente: lasucursaldelcielo.com

Mira Ve... lo que es nuestra ciudad

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