sábado, 15 de agosto de 2009

Digamos Adios al HOTEL ARISTI

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La competencia y el deterioro del Centro llevaron al cierre del tradicional hotel.

Ayer el Hotel Aristi, ubicado en pleno corazón de Cali, lucía reluciente. Los pisos encerados, las camas tendidas, las cortinas ondeantes y las estanterías impecables.

Parecía preparado para un gran evento, como aquellos que se celebraron en la década de los 60 o en los 70, cuando bellas mujeres desfilaban por sus pasillos, al igual que deportistas consagrados y políticos reconocidos. Entre sus huéspedes ilustres se contaron artistas como Celia Cruz, Fanny Mickey, Héctor Lavoe, Los Terrícolas y políticos de la talla de los ex presidentes Alfonso López Michelsen y Carlos Lleras.

Tristemente, muy cerca a cumplir sus 60 años de existencia – fue fundado por Adolfo Aristizabal en 1951– el emblemático hotel cierra sus puertas definitivamente.

Ayer, muchos de los huéspedes de larga permanencia ya no estaban en los salones sociales, ni siquiera aquellos de paso. En el libro de reportes que conserva en el lobby del hotel sólo figuraban 34 huéspedes.

Y es que esa fue la principal razón para liquidar el servicio: Los últimos cinco años fueron difíciles por la sobreoferta y la ocupación hotelera no compensó la inversión.

“La recesión mundial, la parahotelería, la sobreoferta hotelera que existe en la ciudad y la disminución del turismo determinaron el cierre del Aristi”, dice Jorge Alberto Aristizábal, nieto del fundador y gerente del Hotel.

Reitera que el negocio familiar no se liquida porque haya deudas. “Todo está saneado”. Sin embargo, El País conoció que el hotel generaba pérdidas mensuales de unos $150 millones, que la familia no pudo seguir solventando.

Aristizábal, en un evidente esfuerzo por tratar de ocultar su pesar, sostuvo que la edificación no será demolida ni abandonada, tal como ha sucedido con otros íconos históricos de la ciudad.

Por el contrario, los locales comerciales, el parqueadero con 420 estacionamientos y el restaurante que funciona en el primer piso del edificio continuarán operando.

Además, sostiene que la gerencia estará dispuesta a dar una ocupación diferente a los pisos superiores. “El Edificio Otero, en la Plaza de Caycedo, en un principio fue una casa familiar, luego un hotel y ahora es un centro administrativo. Tal vez pueda suceder lo mismo con el Hotel Aristi”.

Pero los empleados no piensan igual. Orlando Cuatín trabajó allí por más de 17 años. Fue el último botones del hotel y llevó y trajo el equipaje de las modelos y presentadoras Carolina Cruz y Andrea Serna y la actriz Aura Cristina Geithner, entre otras.

Desde mediados de julio pasado, cuando supo que se quedaría sin empleo empezó a buscar otro, pero hasta ahora no ha encontrado nada.

“Hace mucho tiempo empezamos a sentir la crisis, pero no esperábamos que fueran a cerrar”, manifestó el botones.

Óscar Ossa, el portero, tiene más de 60 años. No es necesario que diga que se siente triste. “Yo sólo llevaba dos años en este puesto, pero tengo un contrato a través de una cooperativa de trabajo, así que las esperanzas son mínimas”.

Las lujosas lámparas, que caracterizaron el hotel ayer estuvieron encendidas, pero desde hoy, a las 3:00 p.m., ni las risas de los niños, ni los desfiles de mujeres hermosas, ni los encuentros de políticos se volverán a dar en el Hotel Aristi. A esa hora ya estará cerrado.

El Restaurante continúa

El Restaurante del Hotel Aristi seguirá funcionando de 7:00 a.m. a 9:00 p.m., como lo ha venido haciendo hasta ahora. Así lo aseguró Olga Lucía Ángel, quien desde hace más de siete años recibió en concesión este negocio del complejo Aristi.

”Vamos a seguir adelante, sorteando la crisis que enfrenta este sector por cuenta de dos actos terroristas. Esperamos que a partir de noviembre cuando se abre uno de los edificios del Palacio de Justicia se reactive la economía de esta zona”, dijo la señora Ángel.

El restaurante emplea a 20 personas de la ciudad.

Tenga en cuenta

# El Hotel Aristi fue inagurado en 1951 y construido por el empresario cafetero Adolfo Aristizábal.

# Tiene 280 habitaciones, un grill, piscina, salones de reuniones sociales, restaurante y cafetería.

# Tuvo un huésped de larga permanencia que duró 40 años en el hotel y hace dos semanas partió en busca de un nuevo hogar.

# Los empleados del lugar sostienen que la familia del hombre, Octavio Arango, vive en el exterior y que pagaba unos $400.000 mensuales. Desde su partida, no saben de él.

Fuente: El pais

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